Una joven de São Paulo fue una de las testigos de este evento, causado por la reentrada de basura espacial en la atmósfera terrestre.
Según la Agencia Espacial Europea, más de 36,000 objetos orbitan nuestro planeta, incluyendo restos de satélites, fragmentos de cohetes y otros desechos, estos objetos considerados chatarra espacial representan un riesgo potencial para las naves en órbita, y en ocasiones, terminan su ciclo vital incinerándose en la atmósfera.
Si bien la visión de estos objetos desintegrándose puede resultar sorprendente, los expertos señalan que alrededor de tres grandes fragmentos de basura espacial caen a la Tierra diariamente, afortunadamente la gran mayoría se desintegra completamente antes de alcanzar la superficie, gracias a la fricción con la atmósfera. Este proceso genera las estelas luminosas observadas en el cielo nocturno.
La acumulación de basura espacial es un problema creciente que preocupa a las agencias espaciales de todo el mundo, se están explorando diversas soluciones desde la eliminación activa de escombros en órbita hasta el diseño de satélites que se desintegren más fácilmente al final de su vida útil.
Mientras tanto, los cielos de São Paulo, y de otras partes del mundo, pueden ofrecer, de vez en cuando, este singular espectáculo cósmico, un recordatorio de la presencia humana más allá de nuestro planeta.
Rocha Portal
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