La evaluación de 15 indicadores en cinco dimensiones proporciona una comprensión más profunda de las carencias de vida de las personas, y va más allá de la simple medición del ingreso, este enfoque multidimensional permite identificar aspectos críticos que afectan la calidad de vida, ofreciendo una perspectiva más integral sobre el bienestar de los individuos, la medición de estas dimensiones es esencial para desarrollar políticas y programas que aborden las necesidades reales de la población.
En Uruguay, el 18,9% de la población se encuentra en situación de pobreza multidimensional, según un nuevo indicador del Instituto Nacional de Estadística (INE), este índice conocido como Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) ha sido diseñado para monitorear los avances del país en la erradicación de la pobreza en todas sus formas, complementando las medidas de pobreza monetaria tradicionales. El IPM se basa en 15 indicadores que se agrupan en cinco dimensiones: educación, condiciones habitacionales, servicios básicos del hogar, protección social y empleo. Para ser clasificada como "pobreza multidimensional", una persona debe experimentar privaciones en cuatro o más de estos indicadores.
Además, la intensidad de la pobreza multidimensional en Uruguay revela que en promedio, las personas afectadas están privadas de aproximadamente cinco de los 15 indicadores, lo que representa un 33,7% de privación.
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) revela que un 17,5% de la población vive en hogares con carencias educativas, donde al menos un adulto mayor de 18 años no ha completado su escolarización, además un 13% de la población enfrenta condiciones de informalidad laboral y un 11,2% reside en hogares con problemas de infraestructura. La pobreza multidimensional es más prevalente en el interior del país, afectando al 21,4% de la población, en comparación con el 15,1% en Montevideo. A pesar de esta diferencia la intensidad de la pobreza es similar en ambos contextos, con un promedio de cinco de los 15 indicadores utilizados para medirla. El IPM fue desarrollado por el INE en colaboración con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y la Iniciativa de Pobreza y Desarrollo Humano de la Universidad de Oxford. La construcción del índice comenzó en 2022, incorporando avances del Ministerio de Desarrollo Social, investigaciones académicas, legislación vigente y planes de desarrollo nacional.
El Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) se fundamenta en el método Alkire-Foster, desarrollado en 2011, que permite contar las privaciones y carencias que enfrentan las personas en situación de pobreza. Este enfoque considera la pobreza de manera multidimensional, abarcando diversas dimensiones sociales. El proceso del IPM se divide en dos etapas: la identificación y la agregación. En la etapa de identificación, se establece el objetivo del IPM, se elige la unidad de análisis, se definen las dimensiones y los indicadores correspondientes, así como los umbrales de privación. También se determinan los ponderadores y el umbral de pobreza, que indica la cantidad de privaciones que una persona debe experimentar para ser clasificada como multidimensionalmente pobre. En el contexto de Uruguay, el IPM se diseñó como una medida complementaria a la pobreza monetaria, con el fin de abordar dimensiones sociales importantes. La directora de la División Estadísticas Sociodemográficas del INE, Andrea Macari, destacó que se decidió otorgar igual ponderación a cada dimensión e indicador, lo que refleja un enfoque equilibrado en la evaluación de la pobreza.
Rocha Portal
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